Una de las cosas más sucias de este oficio es el momento de limpiar la máquina. Según lo que hayas estado imprimiendo habrá más o menos tinta en los rodillos, pero casi siempre te parece que hay demasiada.
En fin, una vez has acabado de imprimir lo primero es asegurarte de que el trabajo está almacenado bien lejos de la máquina, no sea cosa que con la limpieza de una se ensucie el otro.
Y ¡ala! ponte guantes (cuando me acuerdo) echa el derivado del petróleo pertinente y pon en marcha la máquina. Un chorrito de limpiador (aplicado cual reducción de Pedro Ximénez en un plato de frufrufrú) y la tinta se desprende de los rodillos y hay que aprovechar para impregnarla en papel de periódico, que es muy absorbente y no deja pelusilla.
Cuando, después de tres o cuatro hojas de periódico, has logrado deshacerte de casi toda la tinta, es el turno de los trapos. Para esto hay que apagar la máquina y mover los rodillos manualmente, que si se te engancha el trapo entre los rodillos ¡adiós mano!
Como para casi todo, los mejores trapos para limpiar las máquinas son los de algodón. Así que ahí ando yo destrozando camiseta viejas en pequeños trocitos y mimando mis rodillos.
Escribiendo esta entrada he pensado en que sería mucho mejor si pudiera filmar un pequeño vídeo con el proceso. Hasta que discurra cómo hacer vídeos decentes, este proceso se queda sin imágenes.
Y para que el post no se quede sin imágenes, os hablo a continuación de los otros trapitos. Cuando os enseñé las herramientas del oficio y hablé de los trapos que hacían falta para limpiar la máquina Merche me ¿retó? a mostrar qué ropa uso cuando voy a estar en el taller.
La respuesta no es muy interesante. Uso cualquier cosa. De momento no he tenido ningún accidente mientras trabajaba; así que yo me pongo mi ropa habitual, y por encima, un delantal de lona de algodón bastante gordita, y unos manguitos, para no ensuciarme las mangas. Lo de los manguitos ha resultado ser un equipamiento esencial. Yo creo que es una prenda muy práctica para casi cualquier actividad (yo también los uso cuando estoy en la cocina).
Estos que muestro aquí están hechos con unos calcetines viejos. Sí, éste era el tutorial, del que hablaba. Sólo hay que recortar los calcetines a la altura del tobillo, justo antes de llegar al talón. Y ¡ya está! Te los pones de tal forma que la goma de los calcetines te quede en la muñeca y la abertura recortada por debajo del codo.
¡En fin! Una chorradita que me evita muchas manchas.
Me gustó que siguieras el consejo de MErche. La trastienda y el back stage son siempre más interesantes que lo que se muestra impoluto.
ResponderEliminarHábitos de artista.
Lady, ahora le toca a Merche enseñarnos con qué ropa trabaja ella. ¿Tú usas manguitos para dibujar? ;-)
ResponderEliminares muy interesante tu trabajo, y muy dedicado, felicitaciones! saludos desde muy lejos
ResponderEliminarHola,lo de los calcetines es una buena idea.Gracias por compartirla.
ResponderEliminarLola, ¿dónde puedo encontrar tu correo? Quiero adjuntarte un fichero y no encuentro tu correo... ¡¡soy un auténtico torpedo!!
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