jueves, 25 de abril de 2013

Oficina tipográfica La Futura

Antes de que esto se llamara Oficio se llamaba Oficina tipográfica La Futura. Y estas eran mis tarjetas, impresas con tipos de plomo, con tipografía Gracia de Bauer y con Futura, claro está. Lo de la Futura es recurrente, antes y ahora, porque las primeras cajas de plomo que tuve eran de tipografía Futura.



El nombre le venía a la Oficina tipográfica La Futura, además de por la tipo, porque recordaba tanto a las viejas oficinas tipográficas italianas como a las imprentas de principios del siglo XX; en particular era también un pequeño homenaje a la Tipografía Moderna, la imprenta que los hermanos Soler (Vicente y Amparo) regentaron en la calle Avellanas de Valencia. De lo moderno a lo futuro tampoco hay tanto ¿no? ;-P

Pues bien, de la Oficina tipográfica La Futura nació una editorial: La Futura. Así, sin complejos, lo primero que esta aprendiz de tipógrafa se decidió a imprimir en serio fue un libro. Compuesto con tipos de plomo, por supuesto.


El libro, titulado Alacrán - Suicida, contiene dos relatos breves (con esos titulos) de Andrés Neuman, que van acompañados de sendas serigrafías a tres tintas de Xavier Monsalvatje. Fue una edición limitada de 100 ejemplares, con las serigrafías firmadas y numeradas.

P.D.: La Tipografía Moderna y la figura de Amparo Soler merecen una entrada en este blog, que llegará antes o después. Mientras tanto, y aunque sea triste, podéis leer una aperitivo en el obituario que escribí por la muerte de la Dama de la Edición en la revista de la Biblioteca Valenciana en 2004. En la segunda página.


lunes, 22 de abril de 2013

Ese efecto viejuno

Normalmente, las personas que deciden hacerse unas tarjetas de visita con impresión tipográfica o letterpress lo que buscan es, en primer lugar, la presión. Que al imprimir el golpe se quede marcado en el papel, lo que añade una sensación táctil a la impresión. La segunda demanda más habitual es que la impresión tenga un aspecto viejo, o vintage (si eres moderno).
Últimamente varios clientes me han pedido que las impresiones tuviesen ese aspecto viejo. Y, siendo legales, hay varias formas de conseguirlo.

1. Imprimir con poca presión. Es lo que hice en el póster de "Sonría, por favor". Las letras de madera que usé están desgastadas del uso y de los años, son perfectas para el efecto viejuno porque de verdad son viejas, pero con unos arreglos bajo los tipos se podía haber conseguido una presión uniforme y "correcta". Sin embargo, preferí imprimir con poca presión, no calzar las letras más desgastadas y que cada letra en cada póster tuviera un entintaje único y así ofrecer una textura interesante.


Pero hoy en día lo queremos todo; así que mis clientes me piden que imprima con ese efecto viejuno pero que su papelería no deje de tener la riqueza táctil (un buen golpe de presión). Esto nos lleva a la segunda opción.

2. Imprimir con poca tinta. Podemos imprimir con mucha presión, para que ofrezca una sensación táctil en el papel, pero que a la vez parezca que nuestras letras o dibujos están desgastados si utilizamos muy poca tinta. Esta opción también nos da resultados distintos en cada impresión y nos ofrece la textura que buscamos sin perder el golpe. Es lo que hice para María de Emes.


Su logotipo es moderno, está impreso mediante un grabado a partir de un diseño electrónico, pero aún así pudimos hacer que parecieran unas tarjetas vintage.

Existe una tercera opción; yo no la suelo tener en cuenta porque no requiere de mi pericia como impresora, lo cual le resta mucho interés para mí. Es lo que yo he bautizado como la opción tramposa, pero no me hagáis caso, y consiste en modificar el documento electrónico de modo que las letras ya salgan rotas o desgastadas del ordenador. Es lo que hizo Chus para la portada de su libro y Cristina y Chema para sus invitaciones de boda.


¿Es o no es hacer un poco de trampa?, pero por otra parte, para qué está la tecnología si no es para tomar atajos. La ventaja de esta opción es que nos permite imprimir con profusión de tinta (y así obtener colores vivos frente a los apagados de la escasez de tinta) y que todas las copias salgan iguales.

Cuando estaba imprimiendo las tarjetas de María, algunos miles a varias tintas, me dio tiempo de pensar y se me ocurrió una cuarta opción que todavía tengo que probar: ¿qué pasaría si hiciera un grabado de magnesio con un diseño perfecto pero luego lo castigara con —pongamos— un poco lana de acero, un martillo y un cincel, un cepillo de cerdas metálicas? Esto sería la opción casera (y un poco a lo bruto) del filtro de Photoshop ¿no? No me dejen inventar...

martes, 16 de abril de 2013

La cigüeña llega con retraso

Pronto hará un año que Susi y yo colaboramos con unos álbumes de fotos para recién nacidos, y yo todavía no os los había enseñado.
Susi, de Heroine Paper Goods, se encarga de la estampación de las cigüeñas, con esa técnica de sellos tan chula que ella utiliza en su papelería. Y yo me encargo de la encuadernación.


No quisimos utilizar los clásicos tonos pastel, sino darles un aire más actual, más alegre. Así que fuimos a por el rojo y el azul con cartón gris visto.
Ya sabéis cómo me gusta el cartón gris de encuadernación, así desnudo, como soporte de impresión y como materia prima de packaging (mis cajas de lápices son buen ejemplo); y también resulta el soporte idóneo para el tipo de estampación que hace Susi. Ved y juzgad.


En el interior hay doce hojas de cartulina gris con su respectiva protección de papel vegetal.


jueves, 11 de abril de 2013

Cosas que no esperabas encontrar en una imprenta

Además de plomo, tintas y disolvente —cosas que todo el mundo imagina en una imprenta— en el taller guardo polvos de talco, algodón y tiza; que también son necesarios para imprimir bien.
Cuando uso la tiza (o carbonato de magnesio) la Barcino parece una deportista de élite;-): carbonato de magnesio es lo que utilizan los gimnastas para tener una mayor adherencia a los aparatos. Y tiza es lo que yo uso para que los rodillos no resbalen por los raíles cuando bajan a entintar la forma.


El talco —aplicado con algodón— se utiliza para limpiar la cama de posibles impresiones: o bien cuando empiezas un trabajo para colocar los topes, o bien cuando no has colocado el papel en la cama y olvidas activar el salvapliegos; si realizas una impresión sobre la cama directamente, cuando vayas a imprimir un trabajo, por detrás se marcará la impresión de la cama. Un poco de polvo de talco seca cualquier rastro de tinta y evita impresiones indeseadas en la parte trasera de un trabajo.

Lo que no era de esperar es que mi bote de talco estuviese rotulado con Comic Sans. En fin...