lunes, 11 de septiembre de 2017

Tipoteca: molde y contramolde

El último trabajo que hice en el taller antes de las vacaciones fue la impresión a dos tintas de una caja contenedora para las tarjetas de la tienda. Como el mes de julio me pilló con la fiebre del escribiente recordé hacer algunas fotos para explicaros cómo se imprime en tipografía un trabajo a dos tintas.
Esta es la caja que imprimí.



Como veis, lleva un texto compuesto con tipografía e impreso en marrón oscuro y una orla alrededor impresa en dorado.
La idea inicial era que la orla se imprimiese con una base de blanco transparente y un pelín de marrón; pero la idea no resultó buena. Al final, el dorado sobre el cartón kraft se parece bastante al efecto que iba buscando. Pero no me enrollo con esto.
Lo que quería explicaros es cómo imprimí estas dos tintas. Ya sabéis que la impresión de cada color en tipografía requiere una nueva pasada del papel por la máquina. Limpiar los rodillos, poner el segundo color y volver a pasar por la máquina el mismo papel una segunda vez.
Pues bien, para que el registro de los dos colores sea exacto se debe hacer un molde para cada color que tenga las mismas medidas exactas. De esta forma, cuando hayamos acabadado con la impresión de un color solo tendremos que retirar el primer molde y en su lugar colocar el segundo. Y el registro será perfecto.
Pero bueno, tengo unas imágenes que hablan por sí solas para que lo entendáis bien.



Este es el molde completo, o sea, molde y contramolde juntos impuestos en la máquina. Esto es lo que hubiese impreso de querer el trabajo a una sola tinta. Pero quería dos tintas, así que convertí este molde en dos moldes de dimensiones exactamente iguales. Así:



¿Veis las regletas destacadas en rojo? El molde medía 20 cíceros por 29 cíceros, e hice dos moldes exactamente iguales. En la imagen de arriba, el molde del texto que se iba a imprimir en marrón oscuro; y en la imagen de abajo, el molde de la orla, que se imprimió en dorado.
Como veis las imposiciones que sujetan el molde son exactamente las mismas, porque molde y contramolde miden exactamente lo mismo.
Para el molde con el texto, hubo que sustituir con dos regletas de cícero los 24 puntos de la orla (ved a continuación el lugar de la orla resaltado en azul).


Y como veis, seguimos teniendo las regletas de 20 y 29 líneas para cerrar el molde (resaltadas en rojo más abajo).


Para el contramolde hubo que componer con blancos todo el espacio que ocupa el texto compuesto. Los dos moldes se componen antes de empezar a imprimir el trabajo. Y están listos para ser utilizados uno a continuación del otro. Si quisiéramos imprimir un trabajo a tres tintas, necesitaríamos tres moldes exactamente iguales.


El molde y contramolde se trasladan atados en una galera o galerín hasta la mesa de imponer (si la máquina tiene rama), o hasta la mesa de la máquina (si ésta carece de rama). En este caso como imprimí en la Grafix que no tiene rama, tuve que dejar el molde directamente sobre la mesa de la impresora. Así, apoyando bien las patitas del galerín y empujando el molde (asegurándonos de que esté bien atado).

Aunque parezca que tiro del molde, hay que empujarlo.
Mira, pues ya que estoy, os enseño cómo se ata un molde.



No es que el vídeo sea muy esclarecedor, pero por lo menos veis que cada vez que se pasa por una esquina el cordel hay que hacer presión para asegurarnos de que se ata bien ajustado. Luego, el cabo del final se debe introducir por dentro de las vagas del cordel y se debe ajustar bien hasta una esquina. Y lo mismo hacemos con el cabo del principio.
Este es el resultado:


Según se indica en mi manual de impresión tipográfica de las Escuelas Profesionales Salesianas, el cordel debe dar cuatro vueltas al molde. Así que cuanto más grande sea el molde, más largo necesitaremos el cordel.

miércoles, 26 de julio de 2017

Vincere in bellezza

El otro día, debían de ser casi las dos cuando Christian y yo acabamos de imponer el molde para un nuevo trabajo en la Grafix.
Ya os hablé de Christian, ha hecho sus prácticas de Máster en Oficio y hace unos días estaba haciendo un proyecto propio. Las únicas directrices que le di para el proyecto eran que tenía que ser como mínimo en un DIN A-4, que tenía que integrar texto ¡en cuerpo de texto! (ha utilizado Bodoni 10pt) y una imagen carvada en linóleo.
Como ya era demasiado tarde para poner tinta en la máquina (el mes de julio pide días de media jornada), pero estábamos un poco ansiosos por ver cómo nos había quedado el impreso pensé que era el momento idóneo para intentar sacar una prueba con papel de calco.
Es algo que me pareció ver de refilón en alguna red social hace tiempo, y quería probar si las impresiones con papel de calco realmente ofrecían una calidad mínima como para que fueran útiles.




Y, la verdad, la técnica me gustó. El papel de calco que utilizamos no estaba nuevo, yo ya lo había usado para calcar un par de dibujos. Pese a todo, la impresión que nos produjo, aunque estaba lejos de ser perfecta, fue suficiente para detectar algunos errores en el texto y poder empezar con las correcciones sin necesidad de haber entintado el molde. También pudimos detectar algunas cosas que no nos gustaban en cuanto a la distribución de los blancos.
Creo que hicimos hasta tres pruebas con el mismo papel de calco. Y funcionó.



¿Os imagináis cómo lo hicimos, verdad? Coloqué el papel de calco boca arriba (la parte entintada hacia arriba) sobre el molde, así, dejado caer. Luego el papel a imprimir lo introduje en la máquina conforme se hace habitualmente, haciendo topes en los registros. Et voilà! El molde se imprime "en su sitio" sin necesidad de ensuciar letras ni rodillos.

Al día siguiente, con las primeras correcciones ya realizadas y, ahora sí, con toda la mañana por delante, pusimos tinta negra en los rodillos y sacamos unas pruebas. Después de hacer alguna corrección más, imprimimos la tirada.



Posteriormente haríamos otras pruebas con el grabado en linóleo.


Y al día siguiente nos tocó averiguar qué es eso que llaman "Celeste Bianchi", que por lo que se ve no tiene un número Pantone asignado. (Y me parece bien, que conste). No nos decidíamos si la cosa iba más hacia el verde o hacia el azul. 


Y, finalmente, ved aquí el proyecto acabado.



Por si teníais alguna duda, os lo confirmo: Christian es aficionado al ciclismo ;-)

Nota: Esta entrada podía haber pertenecido a la serie Cosas que no esperabas encontrar en una imprenta: papel de calco.

lunes, 17 de julio de 2017

Viñetas y orlas (segunda parte)

Como os conté el otro día, durante el proceso de composición del molde para el póster de las viñetas y las orlas, olvidamos hacer fotos.
Pero lo subsanamos cuando tocó distribuir el molde.
Debo contaros que la composición del molde fue de fuera hacia adentro por los cuatro lados. Principalmente, porque las orlas del exterior del molde se extienden por los cuatro lados del papel. Así que fuimos componiendo directamente sobre la mesa de la Grafix, utilizando imposiciones dentro y fuera de la composición.
Como veréis en las fotos, el proceso de distribución fue diferente: fuimos distribuyendo los tipos y los blancos desde los dos lados de las cuñas, de tal forma que el molde no corría peligro de desbaratarse en el proceso, pues los tipos siempre estaban apoyados contra las dos partes fijas y estables del molde.


Este era el aspecto de los moldes antes de empezar la distribución de los tipos y el material de blancos.


Empieza la función:








¡Ay, qué gustito da tenerlo todo en su sitio y recogido!


P.D.: Don Carlos nos acompañó durante todo el tiempo en que estuvimos distribuyendo ;-)

martes, 11 de julio de 2017

Viñetas y orlas (Ornaments and borders)

Aunque tengo un taller de impresión bastante completo, siempre ando con los ojos bien abiertos por si surge la posibilidad de "adoptar" nuevas piezas. Las orlas son el tipo de piezas que disparan mis alarmas y vacían mis bolsillos.


Esta caja de puros llena de orlas cayó en mis manos hace unos cuantos meses y las ganas de utilizarla se ve que me pusieron a pensar.

El catálogo de las tipografías que tengo en el taller es un proyecto inacabado que veo todos los días en el taller: páginas de tipografías compuestas esperando para ser impresas. Y eso me da un poco de dolor de corazón, la verdad. Así que con la llegada de estas (y otras orlas) a mi vida, pensé que no iba a componer el especimen y ponerlo a la cola de impresión. Un cartel era la solución.
Iba a dar un poquito más de trabajo que lo otro, pero también más satisfacción, así que valía la pena.

Estos meses ha venido a aprender al taller Christian Schuhmann, un estudiante del Máster de Diseño de Publicaciones de la Escuela Superior de Diseño de Valencia, así que el trabajo -con ayuda- se hizo más llevadero.



Este es el aspecto del molde acabado. Mientras componíamos el molde olvidé hacer fotos, así que solo puedo enseñaros el trabajo acabado. Podéis ver también mis nuevas orlas de plástico de Magui-Plas (os hablé de ellas aquí).

Durante el proceso de composición tuvimos un parón porque no acabábamos de decidir algunos aspectos del diseño. Así que, como se lleva en este taller, colgamos por ahí, bien a la vista, las opciones disponibles y nos tomamos un café..., o dos; en el mismo día, o en días sucesivos (esto no es diseño rápido, esto más bien es slow).



 Como veis, el hueco blanco que hay a izquierda y derecha de las letras era originalmente mucho más grande, y pensamos en rellenarlo con algún tipo de orla. Hicimos varias pruebas y ninguna nos convenció, así que decidimos alargar esas líneas y reducir el hueco.
También tuvimos problemas con una orla en concreto, de la que tenía muchos tipos pero la mayoría eran inservibles porque no se imprimían bien. Así que también tuvimos que devanarnos los sesos para sustituir muchas de esas piezas. El resultado final es bastante fiel a lo que había dibujado en mi libreta inicialmente.

Oh, my God! Mi cuaderno de notas al descubierto! ;-D



También nos costó decidir qué papel queríamos utilizar.



Finalmente nos decantamos por un papel Fedrigoni Arcoprint de color vainilla. Pero como todavía quería hacer una segunda versión del póster, pudimos utilizar nuestra segunda opción de papel.

Vean ustedes aquí abajo la segunda -y más personal- versión del cartel.



jueves, 16 de marzo de 2017

Música para los oídos

Uno de los últimos trabajos que he hecho es una especie de diploma conmemorativo del primer centenario de la Unió Filharmònica d'Amposta. Los que ojeáis me cuenta de Instagram (click aquí) ya lo habréis visto: es una obra que utiliza dos métodos de impresión, la impresión en caliente y el relieve o impresión en seco. Aquí en el blog ya os he hablado varias veces de ambas técnicas así que no vamos a extendernos en esos menesteres.


Esta es la obra gráfica. La foto no es muy allá porque intentando enfocar el relieve del centro, los iconos de abajo se han desenfocado.
Estoy muy contenta con el trabajo, porque la Unió Filharmònica encargó el diseño a la Escuela de Arte y Diseño de Amposta, la Esardi. (Sí, en Amposta tienen ¡Unió Filharmònica centenaria y escuela de diseño!). Y Eduard Ventura, un estudiante de la escuela, es el autor: del logotipo conmemorativo así como del diseño de esta obra en concreto.


Aquí os dejo esta retahíla de fotos, para que podáis apreciar bien el trabajo ;-)

Os enseñaré, eso sí, los grabados que utilicé para hacer el relieve. Porque aunque ya os había enseñado en otras ocasiones cómo se hacen relieves, los grabados eran muy pequeños, y este es bastante grande, así que se puede entender perfectamente cómo funcionan. Mirad.



Como véis, se utilizan dos piezas llamadas macho y hembra. El macho es una plancha de polímero con el diseño en positivo (relieve en la parte que queremos imprimir), y la hembra es un grabado metálico en negativo (bajorrelieve en el diseño que queremos imprimir), de tal forma que ambos grabados encajan uno dentro del otro. Para poder hacer el relieve, el papel a imprimir debe introducirse entre ambas piezas. (Nota mental: necesito hacer una entrada más detallada sobre cómo se prepara la máquina para hacer relieves).

Pero de lo que verdad quería hablar es del pequeño inconveniente con que me encontré al hacer este trabajo. El papel que utilicé es un papel algo algodonoso de 320g, el tamaño definitivo de la obra es de 30x30cm, así que una vez guillotinado el papel y dispuesto para hacer el relieve nos dimos cuenta (Alfredo y yo, porque este trabajo está hecho con la Hispania de mi maestro) de que en las líneas verticales que atraviesan el cero de las decenas a modo de lira el papel se rasgaba con la presión. A ver si sois capaces de verlo en estas fotos.


El papel se ha rasgado por dos sitios en la segunda línea y por un sitio en la tercera. Esto ocurría cada vez que imprimía con las fibras del papel en perpendicular a las líneas, pero no pasaba si imprimía con las fibras del papel paralelas a las líneas. Así que la moraleja del día fue: ten en cuenta las fibras del papel si vas a abusar de la presión sobre masas finas.