Estos días atrás he estado trabajando desde casa. En la calle del taller estamos de obras, la van a hacer peatonal. Así que el ruido ha sido un poco insufrible últimamente.
Esto es lo que se veía al abrir la puerta del despacho. El martillo hidráulico (¿se llama así?) estaba dale que te pego. Y la visión desde el taller no era mucho mejor.
Hoy está lloviendo así que no hay nadie trabajando en la calle; he aprovechado para hacer unas cosillas en el taller.
Os lo cuento en la siguiente entrada, que me da no sé qué hablar de una señorita como Elisa al lado de estas máquinas de ruido y destrucción ;-)
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